lunes, 3 de octubre de 2011

Conociendo la esencia de Tenerife: De La Candelaria a Los Realejos

Empezamos nuestra ruta de hoy poniendo rumbo hacia Candelaria, municipio perteneciente a la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Esta es una cita que no podíamos obviar ya que aquí se encuentra la virgen de la Candelaria, patrona de Canarias, conocida popularmente como La Morenita. Es por ello que es un lugar de frecuentes peregrinaciones. Los orígenes históricos de esta Villa Mariana se remontan a la aparición de la Virgen María que según la leyenda fue encontrada en la cercana playa de Chimisay (actual municipio de Güímar) en el siglo XIV, en época de los guanches y que el rey de la zona (Mencey de Güímar) ordenó conservar la "extraña figura". Más tarde un guanche cristianizado llamado Antón guanche, reconoció en la imagen a la Virgen María y desde entonces se la invoca bajo el nombre de "Nuestra Señora Santa María de la Candelaria". Después de la conquista de la isla (1496) la imagen fue trasladada a la Cueva de Achbinico situada detrás de la actual Basílica de Candelaria, en esta cueva recibió culto por parte de los guanches, quienes la llamaban "Chaxiraxi" (nombre de una deidad guanche). La devoción a la virgen convirtió a la Cueva de Achbinico o Cueva de San Blas, en el primer santuario cristiano de Canarias. La imagen de la virgen fue robada y llevada a Lanzarote, donde se dice que la talla de la virgen se giraba mirando en dirección a Tenerife, la imagen fue después devuelta a su cueva en Tenerife. Posteriormente la Virgen de Candelaria fue trasladada a la basílica, situada a unos pocos metros delante de la cueva. 
Tal es la importancia que tiene esta virgen que antes de llegar a la plaza en la que se encuentra la basílica podemos encontrar multitud de tiendas de souvenirs donde podemos encontrar toda clase de figuras de la virgen en distintos tamaños, materiales, calidades, etc. Nosotros hemos optado por comprar una pequeña virgen que cambia su color según el tiempo, si el clima es bueno es de color azul turquesa y cuando va a llover o está lloviendo su color pasa a rosa oscuro.

Seguidamente pusimos rumbo a la Playa de Las Teresitas, que se encuentra en el Pueblo de San Andrés. Esta es una playa muy peculiar ya que esta playa sufrió importantes modificaciones. Inicialmente era de arena negra. Sobre la playa de arena negra, se echó arena blanca traída del desierto del Sáhara, y se construyó un dique rompeolas para evitar el oleaje. Es considerada por muchos como una de las mejores playas del norte de Tenerife. Después de pasear un rato mojándonos los pies por su orilla llegamos a la conclusión de que puede confundirse sin el menor género de dudas con una playa caribeña. Nos han dado unas ganas tremendas de darnos un bañito para refrescarnos porque el calor invitaba, pero como queremos aprovechar esta semana al máximo hemos seguido con lo que teníamos previsto para hoy. Al final del día tendremos nuestra merecida recompensa.

Al llegar al coche pusimos el climatizador en marcha y el GPS dirección a San Cristóbal de la Laguna (conocida popularmente como La Laguna). En ella se encuentran el Consejo Consultivo de Canarias, la Diócesis de Tenerife, el Aeropuerto Internacional de Tenerife Norte y la primera universidad fundada en Canarias, por lo cual La Laguna ha sido considerada desde siempre como el centro intelectual de Canarias y la capital cultural del archipiélago. 

Nada más llegar, aunque un poco pronto, porque a penas eran las 13:30 decidimos comer en La Casa de Telesforo. Nos pareció un buen sitio ya que pudimos leer un artículo de El Día en el que lo recomendaban http://www.eldia.es/2008-11-30/laguna/9-Casa-Telesforo.htm . Según el diario: "Esta casa de comidas es quizá la última en su estilo que aún conserva, después de 78 años, el sabor de la tradición y un pescado salado guisado con aceite y vinagre, papas arrugadas y vino del bueno que la convierte en el rincón preferido de muchos laguneros, entre los que habría que destacar al añorado Dacio Ferrera."
Por nuestra experiencia podemos destacar que es un sitio muy familiar y donde la atención está muy cuidada. En un primer lugar no es un sitio que pueda llamar la atención por su fachada o su interior, ya que es muy rústico, pero en realidad dentro de esta casa de comidas se encuentra escondida la esencia de Tenerife desde hace 1930.
De entrantes pedimos queso asado con mojo verde y croquetas de bacalao. A continuación yo pedí un plato de Chocos a la plancha acompañado con papas arrugadas y mi mujer eligió carne en su jugo con papas. Comparando ambos platos, el más contundente es el de carne. Si has ido con hambre vas a quedarte más que saciado. Nunca había probado los chocos, que es un tipo de calamar, pero me encantaron. También tenía mojo verde que le daba un sabor buenísimo. Para beber optamos por cerveza Dorada, típica por estos lares. De postre elegimos delicia de mango y Principe Alberto. El primer postre está hecho con mango triturado, leche y leche condensada entre otros ingredientes. El segundo postre está hecho con chocolate para fundir, café, almendras, avellanas y algún ingrediente más. Como viene siendo costumbre en esta visita a Tenerife volvimos a llevarnos una grata sorpresa al pagar la cuenta: 26€ las dos personas. Normalmente, la gente cuando viene a canarias opta por comprar un paquete con todo incluido pensando que así ahorra dinero. El problema es que por una parte no ve prácticamente nada de la isla, ya que no sale del complejo, y por otra sale más caro que si fuera por su cuenta a cualquier restaurante.

 









A continuación caminamos hasta La Plaza del Adelantado. Es una céntrica plaza de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna en Tenerife (Canarias, España). A su alrededor se encuentra el Ayuntamiento, los juzgados del municipio, el mercado municipal (provisionalmente en la plaza del Cristo a la espera de la construcción de un nuevo edificio) y la Ermita de San Miguel Arcángel. Esta es una ciudad con un gran historia y donde podemos encontrar un gran número de instituciones como la Uned, la sede del obispado (ubicada en la Casa Salazar), así como edificios de obligada visita como: el Instituto Cabrera Pinto, la iglesia de la Concepción, la Catedral de La Laguna, así como las mansiones coloniales Bigot y Casa Mustelier.
Esta es otra de las ciudades que requiere más de un día de visita. Recomendamos ir un día que no sea lunes, ya que ese es el único día que cierra el Museo de Historia de Tenerife (Casa Lercaro).









Después de tanta información y algo de calor decidimos que ya era hora de nuestra recompensa, así que a las 16:30 decidimos volver a visitar Puerto de la Cruz, pero esta vez para disfrutar de Los lagos Martiánez . Son la gran atración turística del Puerto de la Cruz. Es un complejo de piscinas de agua de mar.   Aquí hay piscinas todos los tamaños y profundidades, desde una piscina inmensa con cascada incluída,con una inmensa isla en el medio en la cual se aloja el Casino Martiánez, hasta las piscinas para los más pequeños. Hay piscinas con todas las formas imaginables, hay piscina de hidromasaje, otra con bar en el medio, otra con otra cascada pequeñita. Por supuesto tienes bares,restaurantes y puestos de toda clase, para que no tengas que salir de alli en todo el día. La entrada costó 3'5 €, un precio más que razonable para todo lo que puedes encontrar dentro de las instalaciones. Es recomendable darse un paseo por el entorno porque podemos ubicarnos en un sitio pensando que es el más bonito y nos estamos perdiendo otros aún mejores. Otro lugar que merece ir día si día también. No hay piscina de ningún complejo turístico que pueda competir con esta por precio, calidad y amplitud (33.000 m² de superficie, de los cuales 15.000 m² son de agua).



Guachinche a última hora
Tras estar un buen rato chapoteando y refrescándonos nos llamaron unos amigos, y cuál fue la sorpresa al enterarnos de que también estaban en Tenerife de vacaciones. En seguida fuimos al apartamento para arreglarnos ya que habíamos quedado para cenar en un guachinche de Los Realejos. Estos amigos han venido a Tenerife en otras ocasiones y conocen los sitios que desconoce el turista normal. El guachinche es un local, normalmente un bajo, donde los agricultores venden el vino que han recogido y lo acompañan con los platos más típicos. Estos locales abren sólo hasta que venden todo su vino, por lo que sólo suelen abrir algunos meses. Cuanto menos tiempo está abierto el guachinche es que mejor es el vino, ya que se ha vendido en menos tiempo. Por regla general, no suelen pagar impuestos, ni poseen ningún tipo de permiso, por lo que los restaurantes, bares, tascas y casas de comidas, se quejan por esta competencia "desleal". Actualmente muchos de estos guachinches están empezando a normalizar su situación. La razón de su existencia es la venta del vino de los agricultores sin intermediarios. De esta manera tienen más ganancias, ofrecen unos precios muy competitivos y una buena calidad, ya que son productos caseros. Lo más recomendable es preguntar a alguien de la zona para que nos recomiende un guachinche.



Para cenar pedimos salpicón de atún, queso fresco, carne en su salsa y carne de fiesta. Para beber obviamente el vino del agricultor, concretamente fueron 4 medias de vino. Como nuestros amigos conocían al agricultor nos enseñó las instalaciones donde guardaba el vino y nos dio a probar el vino sin enfriar. El vino era blanco semiseco de una calidad excepcional. Además del buen sabor de boca de la cena y del vino... llega la hora de pagar y en total fueron 26 €. Eramos 5 personas por lo que salimos a 5,20 € por cabeza, algo impensable en cualquier otro sitio.

Después de este día tan completo, el más intenso de todos, mañana volvemos a Valencia. No se si podremos ver algo, ya que nuestro vuelo sale a las 17:00 y tenemos que estar en la puerta de embarque a las 16:30.





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